lunes, 28 de septiembre de 2009

las bicicletas son para el invierno
en trondheim no suele haber mucho carril bici, es más, en muchos sitios ni siquiera hay acera, o si la hay no es que esté en muy buenas condiciones. pero mucha gente va en bici, llueva o no, ya veremos cuando nieve.
y dan miedo, muchas veces la vida de los peatones peligra. las aceras son estrechas y no se si existe una ley noruega que da totalmente privilegio a las bicicletas en todos los lados, la cuestión es que muchas veces no las ves venir y pasan to folladas por cualquier resquicio que el tonto peatón (¿cómo se atreve a usar sus pies para desplazarse?) deje... da igual ir uno que diez. las bicicletas mandan.
a veces nos indignamos un poco cuando estamos dando una vuelta, todo el mal genio que hay en valencia al volante no existe en trondheim (de normal), no existe al volante, pero sí existe al manillar. tal es el asunto que una vez pensamos en hacernos camisetas que en la espalda hubiera una señal de "prohibido bicicletas" y una leyenda de "please, don´t kill me".
en resumen, hay bicicletas por todos lados, y una tradición. la tradición de robarlas.
si vas y robas una bicicleta en valencia, y te pilla el dueño, pues básicamente te parte la cara. aquí no, aquí simplemente te explica que él es el dueño de la bicicleta y que por favor no se la robes...
nosotros, el comando osloveien (los de mí piso) somos buenas personas (o no, pero no lo voy a decir por aquí), y en lugar de robar, limpiamos.
una tarde llegaron dos del piso y dijeron que había una bici por la zona del puerto, tirada al agua, lo malo que el agua casi la cubría, aún así, la bici tenía que ser nuestra. lo bueno, que el nivel del agua en trondheim sube y baja un montón, pero un montón, a lo largo del día, y cuando fuimos a por la bici ya casi anocheciendo, el agua ya no cubría la bici... y fue nuestra:
nuestra primera bicicleta.

martes, 22 de septiembre de 2009

american beauty.
hay algo de lo que nos hemos dado cuenta desde que estamos en noruega, y es que noruega se parece más a estados unidos que a europa, o por lo menos trondheim. digamos que los noruegos sienten cierta admiración hacia los estados unidos, es nuestra opinión y yo no digo ni que sea bueno ni malo, simplemente es.
son muy patriotas, ves por muchas casas mástiles con la bandera noruega, estuvimos en un desfile de coches estadounidenses, en los menús, etc. es la bandera estadounidense la que está para reflejar el idioma inglés (no está la inglesa, que sería lo normal, cuando es castellano está la española no la cubana, por ejemplo)...
y yo que estoy en la uni, también se nota este aire estadounidense, están las hermandades, las novatadas, etc. es extraño el día que vas a la uni y no hay un grupo dando la nota o alguna persona disfrazada de algo.
noche de coches estadounidenses, es una pena que tenga pocas fotos y malas, porque había grandes coches, pero fue una de las noches de sin casa y pateo sin parar y desánimos mil, por lo que no había muchas ganas de fotos.
un tarde, estando en el centro la peña del piso y amigos, llegaron estas tres personas vestidos a lo americano. no es que fueran disfrazados o algo asín, es que van así de normal (creo). además, el de la derecha del todo le sentó un poco mal que un amigo le pidiera hacerse la foto.
una moda que hay por trondheim, es ir todo un grupo de personas con la misma camiseta, al principio pensábamos que era solo cosa de la juventud, pero no. o sino ya la gente que directamente va "disfrazada" por la calle.
si.
algunas veces llevo la cámara de fotos y puedo reflejar estas cosas. por ejemplo, aquí vemos tres personas disfrazadas de nazgûl o de terroristas, dando órdenes a un grupo, la novatada básicamente consisitia en ir a gatas (se ve otra gente al fondo de la foto) bajándo y subiendo unas cuestas, mientras llovia lo suficiente. la foto la tomé un poco a estrangis porque los nazgûl me daban miedo.
bueno, a qué viene todo esto. muy simple, el otro día estaba en la biblioteca (hp building) mirando unas cosillas cuando empecé a escuchar a un grupo de gente gritar (en plan festivo) afuera. vale que los noruegos a las seis de la tarde empiezan la borrachera (hasta las tristes dos a eme), pero serían las once de la mañana, muy pronto, y yo que tengo la curiosidad de un gato, pues a ver que pasa. ¡por qué no me llevé la cámara de fotos! no se porque motivo, pero gløshaugen (campus de ciencias) se volvió loco. por todas parte había grupos de estudiantes bebiendo, con música a todo trapo, disfrazados de cualquier cosa (cada grupo igual disfrazado) o simplemente desnudos (o en tanga, que a veces es peor)... chicos desnudos tirándose por una colinas de cesped (y llovia, claro, lo suficiente), o estudiantes disfrazados de militares dándo ordenes a los pollos vestidos con harapos (chicos y chicas) que si flexiones, que si a formar... pero me dejé la cámara en casa.
pero, al día siguiente... todo fue compensado.
en la batalla del río nidelven, básicamente, coger unos palés y bidones, hacerte más o menos una embarcación digna (o indigna mejor), disfrazarte (otra vez, aquí son carnavales doscientos días al año, justo los días que llueven) tener un buen cargamento de cosas desagradables que tirar a tus enemigos y un ningún cargamento de dignidad... ¿dónde hay que apuntarse?, salir al río y a muerte con los malditos bastardos!
yo aposté por estas señoritas, a veces es mejor no pensar con la p.
realmente, esta manifestación de superioridad humana es ya una tradición, y está muy bien organizada con grúas, embarcaciones de seguridad, gente con walkies controlando el desarrollo de la batalla...
la artillería y cañones preparados, todo vale: huevos, bolas de pintura, bolas de masa de levadura (o similares), bombas de humo, pescado crudo...
la gente quería ver sangre...
cantautores noruegos.
hallelujah brother!
y hubo sangre...
esta embarcación iba a tracción animal.
el río acabó lleno de mierda
una pena que no nos enteráramos de esto hasta la noche anterior, sino hubiéramos intentado participar, palabra.
creo que nadie murió, creo.

viernes, 18 de septiembre de 2009

el viaje a ninguna parte, día uno.
antes de estar seguro de que me venía a pasar unos mesecillos a las cálidas costas de trondheim, mis hermanas ya tenían billete para venirse a noruega a principios de septiembre. noooooor que pesás!, y les dije que aún no era seguro que tuviera casa y que iba a estar muy liado las primeras semanas al llegar aquí, así que lo organizaran ellas el viaje. y lo organizaron.
llegaron un domingo por la tarde, y ese mismo domingo por la noche ya nos estábamos poniendo en marcha.
de trondheim a mo i rana en tren, salimos a las once y media de la noche y llegamos sobre seis y media siete de la mañana. nuestro objetivo en mo i rana era llegar a ver el glaciar svartisen.
sí, dormimos en el tren.
llevábamos una guía de noruega bastante mala, la verdad, pero bueno, y encima con horarios e información y rutas, etc. de verano, que es cuando más turismo y cosas hay. claro, ya no es época de turismo. bueno, el bus que nos llevaba hasta nuestro objetivo, o relativamente cerca, sólo salía uno al día, y por la tarde, por lo que eran las siete de la mañana y teníamos que esperar un cojón y medio, por lo que cogimos un taxi, y menos mal.
el taxista era buena persona, como casi todo el mundo en noruega, no nos timó ni nada, pero eso sí, se hizo el día con nosotros. bueno, llegamos al sitio hasta dónde podía llegar el taxi, y claro, ya no era civilización y todo rodeado de montañas, pues la cobertura de los móviles era cero. alejados de toda vida patente y sin medios de comunicación, por lo que quedamos a las tres y media de la tarde con el taxista para que volviera a recogernos. eso nos daba unas ocho horas de caminata, ida y vuelta, hasta el glaciar.
aquí es dónde nos dejó el taxi, y donde comenzaba nuestro camino, camino al infierno.
en verano, donde nos llevó el taxi, hay un ferry, porque para llegar al glaciar hay que pasar por un lago. el ferry cruza el lago y te deja al otro lado a una hora hora y media de camino al glaciar. pero no era verano, por lo que tuvimos que ir caminando por la vera del lago hasta llegar al otro lado. no había camino, había una senda, o senducho, o semierda. todo embarrado, lleno de charcos, de ramas por todos lados, de agujeros en el suelo, cruzando pequeñas ríos de cascadas... el infierno, tres horas en él. no exagero.
el lago. cabrón!
entrando al infierno, aún no sabíamos lo que nos esperaba.
hell.
tras tres horas llegamos al otro lado del lago, y ale, a caminar más, subiendo una montañica, nosotros caminábamos y caminábamos, y el tiempo se nos echaba encima. a las once y media de la mañana, estuviéramos dónde estuviéramos, teníamos que volver, si queríamos estar a la hora acordada con el taxista. ¿veríamos el glaciar?, después de pasar por el infierno y de tener que volver a pasar por él a la vuelta.
dejando atrás el lago, y subiendo hacia el glaciar. todo lleno de agua, caía incluso por donde teníamos que caminar.
al subir, teníamos al lado una especie de río-cascada.
más solos que la una.
llegó un momento que estábamos tan cansados, sin saber si íbamos a llegar, con la hora cercándonos. seguíamos y seguíamos y nada, llegó un punto que llegamos a pensar que lo que se ve al fondo de la foto era el glaciar.
tres metros. cuando ya pensábamos que era el glaciar esa puta mierda de la foto, y aún quedaba bastante para poder llegar cerca de él y eran las once y diez, fue en plan "bueno, nos volvemos ya, ¿no?". por tres metros casi no vimos el glaciar. porque estaba escondido tras una curva, y a tres metros de la curva, nosotros. pero llegamos.
glaciar svartisen
estaba todo lleno de señales de prohibido acercarse más al glaciar, por riesgo de derrumbamientos, ya que los glaciares están siempre en movimiento.
tras comer y estar el ratillo que pudimos, volvimos. bajamos lo subido y cruzamos otra vez el infierno.
llegamos a las tres y veinte, el taxista ya nos estaba esperando, menos mal, mientras nos acercábamos al coche, el hombre lo estaba limpiando por fuera, el polvo y los cristales, etc. y nosotros llenos de barro los camales de los pantalones, mojados por todos lados, hechos un asco. pero nos dejó subir, jeje.
de vuelta a mo i rana, a coger otro tren hasta bodø, nuestro siguiente destino, o enlace. llegamos ya de noche y nos tocaba coger un ferry, pero eso ya es otro día.
cruzar el infierno valió la pena.

domingo, 6 de septiembre de 2009

caminante, no hay camino.
durante la semana de bienvenida se organizaron dos caminatas por los parajes de trondheim. si hay algo que destaco por encima de todo lo que me gusta de noruega, o de trondheim, es su gran naturaleza. por eso he vuelto. es tan distinto a valencia, donde el asfalto y las chimeneas se imponen. donde el bosque ya poco importa.
el primer día había tres tipos de caminata, larga, media y corta. mi progresión del cambio fue tal, cuando me apunté en valencia escogí la larga, pero luego leí que para la larga se recomendaba ser un espero montañero, y como los noruegos son un poco flipaos, yo ya me imaginé con pico a escalar o en parapente :p.
por lo que el día de recoger el carné de estudiante y tal, y decir que ya estoy en trondheim, pues la cambié a la caminata media. pero claro, todo eso era mientras no tenía casa, estaba durmiendo en el rufo y mis maletas estaban sin deshacer en moholt, en casa de otro estudiante de biología (gracias tío), por lo que tenía las mismas zapatillas de paseo un día tras otro y otro, y claro, la edad pasa factura, y más con lluvia y piedras, por lo que la mañana de la caminata me di cuenta que tenía un foratio en el talón derecho... una caminata por montaña con zapatillas de paseo agujereadas son unas expectativas de futuro agradables. encima, y debajo, llovía ese día, por lo que nos miramos todos, delante de los autobuses que llevaban a las distintas caminatas, y dijimos, "la corta, ¿no?".
chicas guapas.
por suerte, para la segunda caminata, fue el día que llevé bien temprano mis maletas a mi habitación recién alquilada, por lo que pude cambiarme ya a las zapatillas deportivas sin agujero. eso sí, la segunda caminata llovía el ojete de satán sin contención, acabamos todos chopados, con o sin impermeable.
esta semana, si no pasa nada, estaré de viaje por noruega con mis hermanas. nos vemos en ocho días.