viernes, 29 de enero de 2010

hibernación.
lo sé, soy lo puto peor, pero es que el frío hace que todavía me dé más perrería escribir, pero bueno, a ver si me pongo y adelanto faena con el blog. porque aún me quedan cosas atrasadas, me queda la última entrada del viaje con mis hermanas, hablar de geiranger (que fue en octubre, creo... ¬¬), del viaje a lillehammer y del más reciente viaje a åre en suecia, y de un poco el retorno a la marcha por aquí.
pero bueno, esta primera entrada de dos mil diez la voy a hacer un poco ligera.
la cuestión es que para navidades toda la gente del piso nos volvimos para nuestras casas como el turrón, y la casa estuvo casi cuatro semanas sola en trondheim, mitad final diciembre mitad inicial enero, cuando más frío hace. nosotros, felices, con nuestro contrato en noruego, entendimos que la casa se autorregulaba sola en unos diez grados cuando nos fuéramos. pero no, era que debíamos mantener la casa a diez grados nosotros, el resultado:
pues sí, cañerías congeladas, la casa una nevera, y la ducha, pues ya veis, se ve que de goteo en goteo y tiro por que me toca, y caverna.
yo llegué una semana después que el primero de mi casa, que es el que se comió todo el marrón de arreglarlo todo, la bronca del dueño de la casa, etc. pero es que el dueño también es de lo que no hay, porque si te avisamos que nos vamos un mes, en diciembre, no sabemos noruego, tío haz hincapié en lo de los diez grados. y luego si dejamos las estufas encendidas y pasa cualquier cosa, ale, fuego pa to dios.
el dueño se frotaba las manos pensando en remodelar la casa y cañerías, menos mal que mi compañero de casa es un crack y lo arregló todo.
yo cuando llegué, la casa de pm.